domingo, 13 de diciembre de 2015

F O R T I T U D E

Llegamos al mundo desprovistos de toda característica. Como mármol o madera en bruto, dispuestos a ser moldeados por las circunstancias de la vida. Pero las circunstancias, no son más que las decisiones.

Y qué pasa si no se decidir
Por qué tengo que hacerlo

No lo se. No entiendo este mundo. Más aun no entiendo tu mundo, ni tu cabeza. Y eso que lo tengo muy cerca. Pero a la vez estás lejos, amigo.

Tu cuerpo y tu cabeza. Tu cerebro y tu corazón. A millones de años luz de distancia se encuentran. Algun dia, viajaras por el espacio para reencontrarte con tu alma. Algun dia, llegaras lejos persiguiendo estrellas más allá del horizonte, descubriendo constelaciones y nombrando nubes de andrómeda.

Pero por ahora, solo te queda esto.
Lo fisico.
El mundo terrenal.
La vida.
La (des)vida.

Vivela, aprovechala. 
(Des)vivela, (des)aprovechala.

No des vueltas sobre los problemas. Sobre los monstruos que te atormentan.
No.

Que es la debilidad?
Quien te ha dicho que eres débil?

Eres fuerte, te lo digo yo. Eres más fuerte, más grande que millones de personas. Día tras día, creces, mejoras, te desarrollas como persona, nuevos pensamientos emergen en tu interior.

Deslumbras al mundo.

No eches de menos.
No eches de mas.
No eches.

No hagas nada.
Deja de hacer.
Deja que la vida te lleve por sus caminos.
Dejalo.
Para.
No.
No.
No eres debil.
No lo eres.
No.
No lo eres.
No te lo creas.

Algún día todo tendrá sentido.
Recuerda.
Por favor.

No te derrumbes.

martes, 24 de noviembre de 2015

Peregrino


Oh, peregrino de las estrellas;
Oh, vagabundo del alma;
Sombra incógnita del viento;
Murmullo tranquilo de magma.

¿A dónde vas, tú peregrino? ¿Por dónde te lleva tu mente?

"Mis sueños me llevan allá,
allá donde el cuerpo no alcanza.
Me elevan, me ensalzan, me alzan,
emergen, bravura y templanza"

¿Y qué piensas del desierto? ¿Qué buscas en tanta agonía?

"Desierto no es vil agonía,
es pura, genial fantasía,
desierto es oasis, vergel,
manjar de princesas y zares,
manjar de coyotes y aves.

Desierto es amor, es poesía,
desierto es verdad y mentira"

El peregrino me ha hablado,
me ha invitado a vagar con él
a buscarle sentido a la vida,
a poner fin a esta agonía.

Y así, viví en el desierto,
Probé manjares, conocí princesas, me bañé en oasis, canté con aves y perseguí coyotes. Escribí mis aventuras, leí libros. Mil historias sobre pueblos nómadas que solían habitar estas tierras.

Y la música.
Oh, la música del desierto. La música del silencio. Un silencio puro, sanador. Misterioso y benevolente. Un silencio tranquilo. Tranquilérrimo diría. No sabéis lo que os perdéis sin la música del desierto.

Al cabo de un tiempo, volví a la civilización.
En Ludlow St.
Allí me reencontré con el peregrino. Había cabalgado el universo en mi ausencia. Recorrido galaxias, rodeado estrellas, visitado planetas y colonizado constelaciones. Había entendido los más antiguos misterios, aprendido fórmulas ancestrales y dominado el sentido de la vida.

"¿Y qué tienes tú?", preguntó el peregrino.
¿Qué tengo yo? La música del desierto.



sábado, 21 de noviembre de 2015

Libertad



Te veré levantarte a mis cuestas, desde abajo hasta el cielo. Te veré brillar, te veré sonreír, compartir felicidad. Y entonces, me sentiré orgulloso.

Veré una luz que asciende ante mi. Una estrella que sube hacia el limbo y se pierde en la oscuridad de la noche. De repente, solo en medio de la carretera, me siento acompañado. Tú estabas conmigo, ahí. Lo sabía. Sentía tu presencia. Tus ojos, se clavaban en mi nuca. Y yo, inmóvil, sabía que nunca te irías de mi. Como mi loba huargo, siempre presente, siempre ausente, siempre.

Bajé la calle tratando de seguir tu voz. Me llamabas. Me pedías que te salvara. Creías en el amor. Me decías que no te dejara nunca. Corríamos descalzos por el asfalto. Truenos, lluvia, nieve, charcos. Un reflejo. Te habías ido.

Nunca habías estado.

Me despierto.

Había soñado.

Nunca te había hablado.

Solo te había visto.

Solo saludado.

Si he venido a este mundo, no es para ser feliz. He venido, para ser vehículo de felicidad. He venido, para ser cúmulo de emociones. Para ser reposo, para ser energía. Para dejar de entrar en la mente de las personas. Para verte.

Sé libre. Por lo que quieras. Por una melena rubia y unos labios rojos. Un carmín. Esa sonrisa. Su sonrisa. Por ella. Por su felicidad. Pero sélo por ti mismo. También. Tampoco. Piensa. Deja de actuar. Actúa. Deja de pensar. No te hundas en los vaivenes de tu trabajo. No te cierres en el sarcófago de la ignorancia. Ponte retos. Recuerda de dónde has salido. Agradece a quien se lo merezca.

Agradece a quien te enseñe música.

Quien te enseñe música.

Te enseñe.

Música.

O a quien no.

Pero de quien la aprendas.

Y gracias.

Por todo. Por nada. Por ser tú. Por hacer que esta canción me recuerde a ti. Por hacer que tras dos años, siga estando loco. Por ti. Por mi. Por nosotros.

domingo, 8 de noviembre de 2015

1969

La voz de Joan Baez me hace transportarme a momentos no vividos, revivir sensaciones muertas en mi. Esa dulce y profunda voz, me lleva a un mundo etéreo, me ensalza, me eleva de la cama hacia el abismal infinito. Me hace entender la naturaleza, las leyes de la vida y la ironía de vivirla. Me hace olvidar mis (primermundistas) problemas y elevar mi cabeza. Mirar al frente. Salir de casa y perderme en el bosque.

La voz de Joan Baez no me deja indiferente. Me lleva lejos. Me lleva muy lejos. Me esconde de los fantasmas de mi pasado. Los trae a mí en forma de amigos. Dialogamos. Nos reconciliamos. Entiendo, al fin, que la tormenta no tiene por que ser mi enemiga. Me siento comprendido en mi incomprensión, decidido en mi indencisión.

La voz de Joan Baez me llama hacia el vacío. Dirige mis pasos hacia el abismo. Me invita a tirarme de cabeza. A olvidarme del mundo, lanzarme hacia la infinidad, perderme entre mis pensamientos y despertar en el pasado. En un pasado que desconozco, pero que siento muy cercano a mí. En un festival de Woodstock en 1969.

Gracias, Baez.


sábado, 17 de octubre de 2015

A veces

Es difícil ser yo.

Es difícil cambiar de opinión constantemente. A veces parece que lo hago de forma gratuita, que soy caprichoso y egoista. Que valoro mis problemas por encima de los del resto. Que no sé apreciar la vida. Que me gusta marear.

Pero no es cierto. 

Simplemente hay algo en mí que no me deja mantenerme como estoy. Algo que me impulsa a cambiar, que me impulsa a no estar bien con mi situación y buscar algo diferente. Algo que me marea, que me da vueltas a la cabeza y me impide relajarme y disfrutar de mi vida, al menos, durante los días de una semana seguidos.

Altibajos se suceden en mi día a día, mi semana a semana, mi año a año. Breves atisbos de pura felicidad se combinan con frustraciones y arrepentimientos permanentes. Pero he aprendido que soy así, que haga lo que haga nunca voy a estar contento. Y por ello he de estar contento. Aceptarme a mi mismo en mi imposibilidad de aceptar lo que me toca. Quererme como indeciso y exprimir a más no poder esos instantes en que, por un segundo, creo tocar el cielo.

A veces. 



(Es difícil ser yo                                         pero no es cierto                                     a veces)

viernes, 10 de abril de 2015

Depende

Depende de lo que quieras hacer, o de lo que te manden hacer. Depende de lo que te hayan enseñado, de tu educación, de tus intereses y ambiciones. Depende de tu lugar de origen, y de tu lugar de destino. Depende de tantos factores, que no sabes elegir.

No sabes en función de qué escoger, por qué iniciativas decantarte y cuales dejar de lado. No sabes con quien casarte, si con la rubia o con la morena; si con aquella que te enseñó aquel grupo de música o con ésta, que te obligaba a salir a correr todos los jueves por la mañana. No sabes decidir, y el 'depende' se convierte en un permanente estado de vida.

Desde que me levanto hasta que me acuesto, las decisiones son una parte importante de mi vida. ¿Voy a clase o me quedo durmiendo? Bueno.. la verdad es que el profesor este es un mierdas... no me aporta nada; pero, ¿y si pasa lista? ¿y si explica algo sobre el trabajo final y luego los de mi clase no me avisan?. Desde cruzar el semáforo en rojo, hasta comer en el comedor o hacerme la comida. Desde subir a Madrid o quedarme en Getafe, las decisiones me acribillan como mosquitos acechando para picarme en una noche de verano.

Llega un punto, que la diferencia entre el 'sí' o el 'no' se convierte en algo vital, y la casilla del 'depende' deja de ser posible en constante el formulario en que se acaba por convertir tu vida. Los grandes pasos y momentos no dan cabida a la indecisión, y te das cuenta de que has comenzado a evitar decisiones realmente importantes para no tener que comerte la cabeza. Así, ves como las oportunidades pasan por delante de tus ojos sin poder atraparlas.

Bienvenido a mi mundo.

Fotografía de Harry Winogrand

martes, 7 de abril de 2015

Seize the moment

"Recoged desde ahora las rosas de la vida,
porque el tiempo jamás suspende su vuelo,
y esta flor que hoy se abre,
mañana estará marchita."
Capturad las rosas, aprovechad el momento. 
No cerréis los ojos ni por un instante; empaparos de todo lo que os rodea.
Aprended, equivocaros, aceptad retos, descubrid oportunidades.
Olvidaros del futuro, vivid el presente, superad el pasado.




He despertado. He entendido lo que me susurraban mis oídos. Voces desconocidas a las que por fin pude ponerles cara. Bob Dylan, Joan Baez, Woody Guthrie, maestros de una retórica perdida. Ellos, sin quererlo, y muchos otros, me han enseñado a dominar el mundo en el que habito. No a dominarlo a través del poder, ni a través de la sociedad; dominarlo a través del razocinio. Comprender la realidad en que me (nos) muevo (movemos). Capturar al vuelo los detalles de un mundo cada vez más destrozado, más jerarquizado, más carcelario. Aspirar el último soplo de aire fresco de la primavera de la libertad y plantar las semillas de un nuevo mañana. Salir a pasear, leer las memorias de mis ídolos y estudiar para mí mismo. Aprender a disfrutar con lo que hago, y a no sentirme mal por dejar de lado todo aquello que me aparta de la felicidad. 

La vagancia se ha transformado en una necesidad. A mi (nuestro) entender, ser vago no es necesariamente ser desganado. Ser vago es, cada vez más, luchar contra todo aquello que, en el fondo, sabes que no quieres hacer. Ergo ser vago es reivindicar tus intereses e inquietudes, y no hay nada malo en ello. No hay nada malo en que no te importe el mundo. Las voces me han dicho eso. Me han dicho que descubrir el mundo a través de tus propios ojos, descubrírselo a los demás, y conseguir que traspase la primera frontera (los sentidos) para quedarse en la segunda (el alma), es algo inigualable. 

Persigue conocer el mundo. Persigue disfrutar de cada rasguño de tu existencia. Sé vago, pero sé capaz de luchar por lo que (te) (me) (nos) merece la pena.