miércoles, 2 de julio de 2014

En búsqueda de la felicidad

    Las fotografías de William Eggleston tienen un tinte de nostalgia, emanan recuerdos que nos transportan a otra época, a otro país, a otra vida. Generan en mi una añoranza por lo no vivido, por lo que está por venir, por lo que quiero que venga. Este fotógrafo que descubrí hace poco, no hace más que regar las ansias de viajar que sembró "Hacia Rutas Salvajes" (Jon Krakauer, 1996) en mi cabeza. Conocer lo inconcebible, llanuras y llanuras de terreno sin ver montañas, carreteras solitarias, caminos por los que poder gritar a los cuatro vientos, conocer culturas, conocer paisajes, conocer hasta la forma de las nubes, y aprenderse de memoria todos los carteles oxidados que anuncian marcas que probablemente ya no estén a la venta.



    Los sueños parecen reflejos de nuestras más hondas preocupaciones. Cuando creemos que ya nos hemos olvidado de algo, de repente soñamos, y el recuerdo se hace más vívido, más presente, más duradero. Nos pasamos todo el día dándole vueltas a las mismas cosas, a si han sucedido, a por qué han sucedido, a por qué han dejado de suceder.

    Parece que incluso el mundo del subconsciente nos impide ser felices constantemente, con nuestro trabajo y nuestras perspectivas de futuro. Cuando menos nos lo esperamos, AHÍ VA! Una noticia completamente inesperada que no te deja tranquilo cuando vuelves a casa de trabajar y sólo quieres dejar tu mente en blanco. Y luego están las canciones de tu móvil, y una reproducción aleatoria que, de vuelta a casa, va haciendo el resto del trabajo.

" Jealousy, turning saints into the sea
Swimming through sick lullabies
Choking on your alibis"

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