lunes, 4 de abril de 2016

Y ahora vuelvo (a la realidad)

[Perdon por las faltas ortográficas, escribo desde teclado internacional]

Mezclar realidades. Combinar experiencias. Buscar resultados.
No encontrarlos. Sentirme perdido vagando en esta existencia. A cinco mil kilometros de casa. Ni una mano de la que agarrarme. Ni un hombro sobre el que llorar.

Ni un hombro sobre el que llorar ni unas piernas sobre las que andar. Ni un cerebro sobre el que pensar ni una boca sobre la que reir. Ni unas cejas arquearse de felicidad. Ni un corazón latiendo.

Inerte. Pasivo. Apatico.
Esperando, que alguien con más efusividad que yo me transmita su energía.
Me deje beber del cáliz que alimenta su personalidad.
Me deje aprender de sus lecciones.
Me lleve, de la mano, por el mundo.
Me levante de cada tropiezo.

No puedo seguir dejando de seguir. No puedo sentir dejando de sentir. No puedo andar dejando de andar. No puedo vivir dejando de vivir. No puedo querer dejando de querer. No puedo echar de menos dejando de echar de menos. Inteligencia artificial. Emocion artificial. Sentimientos reales apilados bajo una montaña de orgullo. No orgullo, quizás miedo. O dolor. O miedo al dolor. O orgullo por miedo al dolor.

No se. Me siento vacio.
Quiero llenarme, pero aun no he encontrado aire que me llene de bocanada.
Ni de infinitas bocanadas.

Pense que venirme al bosque,
a la montaña,
al desierto,
la cascada,

me traeria aire.
Pero no me lo ha traido.
Y ahora vuelvo a la ciudad.

A ver que me depara.