Parece que a veces sentimos la necesidad de ser felices con aquellas cosas que no tenemos. Una casa, un coche, un trabajo, una novia... yo que sé; sólo se que sentimos un vacío, que nos comparamos con los demás y vemos con impotencia la imperfección en nuestras vidas. Sin embargo, lo perfecto es imposible; por lo tanto, la felicidad no puede estar en la perfección. La felicidad está, sin lugar a dudas, en saber aprovechar las oportunidades que nos brinda la vida, saber valorar lo que tenemos y dejar de compararnos con el mundo de una vez por todas.
Constantemente.
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Michael Eggleston |